La revolución también es una Madre. Una Madre de la libertad. La tierra también se dice que es nuestra Madre porque nos alimenta, nos da todo sin pedirnos nada.
Y las Madres le dimos otro carácter a la palabra madre. Que limpia, que hace, que también es fastidiosa como todas las madres: "abrigate, no salgas, no te mojes", hacemos lo que hacen todas las madres. Pero resulta que tenemos las venas cargadas de revolución. Cargadas de ganas, de liberación.
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